Como escribir para la web
Cambié la pirámide invertida
Busca enfatizar la importancia de recargar a mano izquierda los elementos más portadores de información, lo que significa, también, un ejercicio de jerarquización, a escala menor comparado con el realizado en la pirámide invertida vertical.
En una frase el orden de los factores sí altera el producto, texto ambiente web.
El ojo de los usuarios aterrizaba primero en la parte superior izquierda de la página de inicio, normalmente dedicada a la historia principal o el titular dominante, lo que refuerza los hallazgos de Nielsen. También determinó cómo se concentraban las miradas sobre los títulos y párrafos.
Palabras deben ser “verdaderas cautivadoras de atención”, si usted desea captar los ojos.
La voz pasiva es reivindicada como una forma de recargar a mano izquierda de la frase elementos que, a juicio del autor/editor, sean más relevantes. Obviamente, esta valoración es subjetiva.
“la pasiva puede ser considerada en español como una frase verbal que modifica el concepto de la acción. La relación lógica entre sujeto y complemento no se modifica porque la oración con que se exprese sea activa o pasiva”.
“Los dos puntos preceden las citas textuales”.
- “Los dos puntos (:) detienen el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue”.
- “Se emplean los dos puntos para conectar oraciones o proposiciones relacionadas entre sí sin necesidad de utilizar otro nexo”. Menciona como ejemplos de relaciones que puede expresar las de causa-efecto, conclusión o resumen de la proposición anterior, verificación o explicación de la proposición anterior.
Los artículos (el, la, los, las, un, uno, unos, una, unas…) están dentro de la categoría de las peores palabras para comenzar frases, en especial títulos (bien sea externo o por diferenciación tipográfica), intertítulos e ítems en enumeraciones.
No empezar con expresiones de enlace como: además, a saber, ahora bien, al menos, al parecer, a pesar de eso, así, así pues, así y todo, ciertamente, con todo, cuando más, de hecho, de todas formas, de momento, después de todo, dicho esto, en cambio, en consecuencia, en efecto, en una palabra, en fin, en principio, en realidad, es decir, es más, esto es, finalmente, hasta cierto punto, más aún, mejor dicho, o bien, o sea, por consiguiente, por lo tanto, por ejemplo, por otro lado, por último, pues bien, vale decir, verbigracia, aunque, pero, sin embargo, no obstante.
Roy Peter Clark hace una aproximación parcialmente diferente a la jerarquización de los elementos de la frase. Allí recomienda, además de ubicar palabras fuertes al comienzo de las frases y párrafos, hacerlo también al final. Clark recomienda: comience con una buena cita. Deje la atribución en el medio. Finalice con una buena cita.
Esta recomendación de presentación de citas permite remplazar la fórmula de arrancar el párrafo con frases como:
- De acuerdo con (nombre de la fuente).
- Según...
- La fuente dice: (declaración).
* Una excepción: El editor puede determinar que las palabras más portadoras de información, la que enganchan con más facilidad la atención del usuario, son las de la persona que hace la declaración, caso en el cual es lo que inicia el párrafo.
Siempre hay una relación directa entre el número de ideas que el autor/editor intenta introducir en la frase, la puntuación utilizada para crearla, y la longitud de esta. Al reducir el número de ideas por frase, se minimiza la puntuación y se reduce el tamaño de la frase.
La frase larga es enemiga de la buena lectura. Aunque la claridad de una oración no depende sólo del número de palabras que contenga sino de las relaciones entre ellas y los conceptos que expresen, resulta difícil seguir una frase de más de 30.
La frase larga es una enfermedad que produce los siguientes efectos secundarios de índole gramatical:
Comitis: Las comas tienden a caer allí donde no se necesitan, y a alejarse de los lugares donde son imprescindibles.
Queísmo: Hilar los trozos de la frase demanda el uso de relativos (que, quien, donde, etc.), entre los cuales el ‘que’ suele ser el más socorrido.
Concordancia: una frase larga generalmente obliga a mantener distantes los elementos de la oración: el sujeto a cinco o seis centímetros del verbo; éste, a otros tantos del complemento directo; el indirecto, a una cuarta del sujeto.
Remedios:
Es posible vacunarnos contra la longitud de las frases. Para ello conviene observar unas normas elementales.
- Partir la frase: casi siempre es posible dividir una frase larga en varias breves.
- Desmontar las cláusulas parentéticas. Se llama así a aquellas frases secundarias que glosan o explican una oración principal.
La solución es doble:
· a) Cuando la frase parentética sea demasiado larga, desmontarla y colocarla en otro lugar del párrafo o del artículo, quizás enriquecida con nuevos datos.
· b) Hay que evitar a toda costa el efecto cebolla: las frases parentéticas de frases parentéticas
· c) Como casi siempre en lo que tiene que ver con escribir y vestirse, en caso de duda hay que apostar por lo más sencillo. Eso será seguramente lo más fácil y lo mejor para el lector”.