Tristeza, pobreza y desconsuelo a causa del destierro
Desplazamiento forzado, más que cifras
Hombres, mujeres y niños pagan los platos rotos de la insensibilidad social que entrega la violencia.
Por: Joaquín Antonio Arango Cano
E-mail: joaquin.arangoca@amigo.edu.co
El desplazamiento forzado significa un cambio tajante de estilos de vida para las personas que lo sufren, se convierte en un volver a nacer, desaprender y aprender de nuevo; para los afectados es la búsqueda de refugios y oportunidades que ayuden al desplazado a sobrevivir al suceso que le produjo el retiro de su ubicación inicial. Es una realidad vigente en todo el territorio nacional que supone como consecuencia mayores grados de pobreza, hambre y desempleo.
La consultoría para los derechos humanos y el desplazamiento reveló en su informe del 15 de febrero del presente año, algunas cifras relevantes que reflejan la situación de quienes sufre este flagelo: en 2010 alrededor de 56.000 hogares fueron desplazados por causa del conflicto armado y otras manifestaciones de violencia, afectando a más de 280 mil personas; en 86 municipios de 17 departamentos; el gobierno nacional está desarrollando el plan nacional de consolidación territorial con el fin de avanzar en la política social efectiva, 62 de los 86 municipios están afectados por grupos insurgentes al margen de la ley; estos municipios fueron víctimas de 19 masacres que dejaron un saldo aproximado de 250 personas asesinadas entre indígenas, servidores públicos y líderes comunales.
La violencia a través del conflicto armado se convierte en el principal factor, que incide en los trastornados por el orden público, para buscar otros lugares en los que puedan desarrollar sin mayores penurias su vida, obligándolos a crear un espacio nuevo para la familia, en terrenos que muchas veces no son aptos para construcciones, pero que refleja para ellos la única alternativa visible de subsistir.
En Medellín muchos de los sectores llamados “subnormales” se crearon debido al asentamiento de personas desplazadas originarias de otros lugares del departamento, incluso de otros sectores de la geografía nacional; por ejemplo el barrio El Pinal ubicado en el centro oriente de la capital antioqueña empezó su formación hace aproximadamente treinta años, “por aquí había muy pocas casas y los dueños de las fincas fueron vendiendo lotes a sus hijos y a gente particular, la mayoría de otras zonas del país, entonces todo esto se fue poblando y como no había carretera nos tocaba subir por la orilla de la quebrada Santa Elena con el mercado y los materiales para hacer las casas…” cuenta Doña Arselia Tabares. (Invasiones de desplazados en Medellín - 2004).

Enfrentamientos con la fuerza pública han debido soportar algunos desplazados para poder instalarse en lugares no permitidos, invasiones comúnmente llamadas, que con el pasar de los días han dado forma a los barrios que hoy aparecen en el mapa de este municipio antioqueño. Myriam Rúa cuenta que “el barrio Isaac Gaviria era la mitad un potrero y la otra mitad un pinal. El 3 de noviembre del 83, en la madrugada invadimos lo que era el potrero y parcelamos 60 lotes. Como a los 4 meses ya había 15 ranchitos. Ahí fue cuando nos iban a desalojar, entonces las mujeres salimos y les dijimos que éramos solas y que necesitábamos donde tener nuestros hijos y pusimos banderas de Colombia en los techos, y logramos triunfar...”
En 1984 en medio de las disputas libradas por los grupos armados se fundó el barrio 8 de marzo, otra zona que no ha sido ajena al problema coyuntural del desplazamiento, de esa manera se formó el barrio y de igual forma se ve su transformación de vecinos y habitantes. En los años 90 las bandas delincuenciales y las milicias urbanas con todo lo que ellas significan, fueron tomando asentamiento en los sectores de la comuna 9, generando pánico, intranquilidad y desplazamiento entre los seres de bien; puntualmente muchos líderes comunitarios fueron perseguidos generando desconfianza entre los habitantes como resultado de los abusos guerrilleros y la desinformación que recibían sobre sus líderes. Miembros de acciones comunales fueron asesinados, otros desterrados del barrio.
Al otro lado de la ciudad una historia similar se teje por causa de las balas y el enfrentamiento de bandas que pelean por territorios no definidos. La comuna 13 de Medellín es una de las poblaciones que más sufrió la salida de habitantes como consecuencia del conflicto armado que vivió la ciudad, alrededor de 170 familias en el desplazamiento masivo e incontables los desplazamientos individuales en la comuna, hacen de este caso uno de los más numerosos y significativos de desplazamientos intraurbanos en el país. (Luz Amparo Sánchez -2008).

La situación de desplazamiento es superable y lo lamentable es su prolongación, advierten quienes lo han sufrido en carne propia, para una persona que vivió el desplazamiento forzado del barrio El Salado de la Comuna 13, el desplazamiento es un cambio radical directamente asociado a la vivienda, lugar de protección y seguridad, dice: “Se imagina usted en su casa bien bueno y al otro día; ¿Para dónde pego? sabiendo que tenés tu casa, tenés tus cosas en tu casa y de un momento a otro te tocó dormir afuera de tu casa, entonces eso es estar uno desplazado” (Narraciones sobre la experiencia del éxodo. el caso del desplazamiento forzado en la comuna 13).
Quienes han estudiado a fondo el problema del desplazamiento interno le han dado una clasificación que supone una afectación global, hablan entonces de masivo, individual o unifamiliar, de acuerdo con el número de personas que se desplazan y su vinculación a un grupo familiar; también han identificado que éste se presenta bajo varias modalidades teniendo presente la caracterización de las zonas de expulsión y de llegada; rural-urbano, urbano-urbano, intraurbano e interveredal.
Más allá del cambio intempestivo de domicilio están los momentos de verdad a los que se ven enfrentados quienes sufren un desplazamiento forzado, el número no baja de 2 millones de personas inmersas en los dolores, necesidades y contrariedades que es evento significa; según el Registro Único de Población Desplazada RUPD- han sido afectadas 2’054.733 personas –aunque no todas las personas acuden a los organismos gubernamentales para informar sobre su situación; las Naciones Unidas para los Refugiados –ACNUR-, en Colombia, estima que el número de personas en situación de desplazamiento alcanza los 3’000.000.
Enfrentarse a una situación de desplazamiento supone pasar por una serie de manifestaciones biopsicosociales que de una u otra forma, modifican el estado de salud y estabilidad de cualquier ser humano; Finalmente, pueden presentarse la oportunidad positiva o la negativa, causando evoluciones hacia la adaptabilidad, hacia el crecimiento personal y el desarrollo humano.